tierras de la roma

Concentración de tierras

Para que las tierras no amenguasen, las bodas se hacían frecuentemente entre la misma familia. Los coherederos continuaban en general administrando la heredad en indiviso, y no fueron frecuentes las grandes particiones. La costumbre perduró, e incluso a fines del Imperio los fundus tenían el nombre de un solo propietario. A menudo el Estado atribuyó tierras a estos copropietarios evitándose así la partición al cabo de pocas generaciones.

La adquisición de tierras por algunos propietarios, las escasas particiones, y las herencias de otras ramas familiares extinguidas, llevaron a la existencia de algunas grandes propiedades. En estos casos el dominio era parcelado, quedando una parte para el propietario que los cultivaba (a menudo por medio de esclavos) y el resto mediante parcelas cedidas en usufructo a parientes (hijos del Pater familias generalmente), clientes o esclavos. Si el usufructuario era libre el arriendo duraba el tiempo que estimaba el arrendador, que la poseía en un estado similar al llamado más tarde precario; en caso de que el propietario deseara poner fin a la cesión no había forma legal de oponerse, si bien en contrapartida a menudo el usufructuario no pagaba censo por el uso, y eludía frecuentemente las prestaciones establecidas mediante entrega de una parte de los frutos (lo que le aproximaba a la condición de arrendatario, sin serlo al no existir un término para la utilización). Al depender del amo la continuación del uso de la parcela, el lazo de clientela se acentuaba.

Sociedad

El gran propietario estaba unido a la gleba como el campesino. Era una aristocracia agraria y no una nobleza ciudadana. Su casa estaba donde su hacienda (aunque poseía alojamiento en la ciudad, donde acudía periódicamente para arreglar sus negocios o para pasar el verano).

La masa de los proletarios se componía de los antes citados precaristas, hombres libres de familias decadentes (con derecho de ciudadanía), de ciudadanos de ciudades sometidas, o bien clientes o esclavos liberados. Los campesinos libres de ciudades sometidas actuaban a menudo como jornaleros, aunque muchos poseían su porción de terreno. Cuando los campesinos de ciudades sometidas eran convertidos en esclavos, lograban obtener frecuentemente su libertad y se convertían en precaristas. El conjunto de campesinos libres pero no propietarios llegó a ser muy numeroso y proporcionaba al Estado un núcleo de gente siempre dispuesta para la colonización en las tierras sometidas. En las ciudades sometidas la mayoría de los campesinos eran propietarios y libres, siendo rara la esclavitud salvo allí donde todos los antiguos ciudadanos habían sido declarados esclavos de Roma. Los esclavos de los ciudadanos romanos provenían generalmente de las capturas de enemigos en las guerras; en su mayoría eran altivos y se hacía difícil lograr que obedecieran; al ser buenos trabajadores se les asignaban tierras como precaristas, y como ya hemos dicho era frecuente que se les acabara liberando.

 
Hoy habia 1 visitantes (2 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis