Agricultura y ganadería en la antigua Roma
Introducción
Escena de recolección en la época romana.
Los agricultores eran el núcleo de la sociedad de la Antigua Roma. El cultivo principal eran los cereales (sobre todo el trigo) y las leguminosas. Más tarde se introdujo la vid, y aun más tarde se llegó a las viñas y se importó el olivo. Como árboles frutales destaca la higuera. También hortalizas y legumbres y el lino.
Al principio los romanos poseían la tierra en usufructo y su riqueza (pecunia) se medía por los rebaños, y los ahorros personales eran el peculium (haber en ganado). Más tarde se introdujo la propiedad privada de la tierra.
Las primeras tierras de los romanos se llamaban heredium de herus (dueño), y en un principio no superaban las dos yugadas (5.400 metros cuadrados), aunque aparte estaban la casa, las cuadras, la barbechera y los pastos. Estas pequeñas porciones de tierra pronto fueron superadas y si en algún caso se mantuvieron fue para los cultivadores antiguos de las ciudades dominadas, pero no para los ciudadanos romanos.
Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas. Introdujeron el arado romano, molinos más eficaces, como el de grano, la prensa de aceite, técnicas de regadío y el uso de abono.
Día a día
Los campesinos araban la tierra con su familia. Los arados eran tirados por bueyes. Solo los campesinos que poseían muchas tierras usaban esclavos o jornaleros.
Los rebaños eran apacentados en pastos comunales propiedad del Estado, pero solo podían disfrutarlos los ciudadanos romanos, siendo la excepción el disfrute por no ciudadanos, aunque fueran propietarios.
Al trabajo sucedía el descanso: cuatro veces al mes, cada ocho días (Nonae) el campesino detenía su actividad y se dedicaba a las compras en la ciudad y otros asuntos. Las fiestas se hacían después de la sementera de invierno, y el descanso duraba entonces un mes tanto para el amo como para el esclavo y los animales (se llamaba a esta fiesta las Paganalia derivación de pagus o sea campo).
Tierras públicas
Las tierras de Roma se incrementaban periódicamente con aproximadamente un tercio de las tierras que se quitaban a las ciudades vencidas. Además los vencidos debían cultivar los dos tercios restantes para contribuir a las cargas y servicios como propietarios no ciudadanos. El tercio que correspondía a Roma (ager publicus) era traspasado en parte a ciudadanos romanos.
Cuando se sometía o fundaba una ciudad (o colonia) se hacían las asignaciones de tierra. En el ager publicus se formaban las colonias con ciudadanos romanos como propietarios de al menos veinte yugadas, y de hecho se consideraba no rentable una propiedad de menos de siete yugadas (entre 16.640 y 18.900 metros cuadrados). |